martes, 30 de junio de 2009

Simon el bobito


Simón el bobito llamó al pastelero:

¡a ver los pasteles, los quiero probar!

-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero

ver ese cuartillo con que has de pagar.

Buscó en los bolsillos el buen Simoncito

y dijo: ¡de veras! no tengo ni unito.



A Simón el bobito le gusta el pescado

Y quiere volverse también pescador,

Y pasa las horas sentado, sentado,

Pescando en el balde de mamá Leonor.



Hizo Simoncito un pastel de nieve

Y a asar en las brasas hambriento lo echó,

Pero el pastelito se deshizo en breve,

Y apagó las brasas y nada comió.



Simón vio unos cardos cargando viruelas

Y dijo: -¡qué bueno! las voy a coger.

Pero peor que agujas y puntas de espuelas

Le hicieron brincar y silbar y morder.



Se lavó con negro de embolar zapatos

Porque su mamita no le dio jabón,

Y cuando cazaban ratones los gatos

Espantaba al gato gritando: ¡ratón!



Ordeñando un día la vaca pintada

Le apretó la cola en vez del pezón;

Y ¡aquí de la vaca! le dio tal patada

Que como un trompito bailó don Simón.



Y cayó montado sobre la ternera

Y doña ternera se enojó también

Y ahí va otro brinco y otra pateadera

Y dos revolcadas en un santiamén.



Se montó en un burro que halló en el mercado

Y a cazar venados alegre partió,

Voló por las calles sin ver un venado,

Rodó por las piedras y el asno se huyó.



A comprar un lomo lo envió taita Lucio,

Y él lo trajo a casa con gran precaución

Colgado del rabo de un caballo rucio

Para que llegase limpio y sabrosón.



Empezando apenas a cuajarse el hielo

Simón el bobito se fue a patinar,

Cuando de repente se le rompe el suelo

Y grita: ¡me ahogo! ¡vénganme a sacar!



Trepándose a un árbol a robarse un nido,

La pobre casita de un mirlo cantor,

Desgájase el árbol, Simón da un chillido,

Y cayó en un pozo de pésimo olor



Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco:

Y volviendo a casa le dijo a papá:

Taita yo no puedo matar pajaruco

Porque cuando tiro se espanta y se va.



Viendo una salsera llena de mostaza

Se tomó un buen trago creyéndola miel,

Y estuvo rabiando y echando babaza

Con tamaña lengua y ojos de clavel.



Vio un montón de tierra que estorbaba el paso

Y unos preguntaban ¿qué haremos aquí?

Bobos dijo el niño resolviendo el caso;

Que abran un grande hoyo y la echen allí



Lo enviaron por agua, y él fue volandito

Llevando el cedazo para echarla en él

Así que la traiga el buen Simoncito

Seguirá su historia pintoresca y fiel.

1 comentario:

kamiilita dijo...

Ooooh!
Que bonita poesia...su escritor
¿es Rafael Pombo, no? ¿es Colombiano, verdad?